La libertad no es la última palabra. La libertad solo es una parte de la historia y la mitad de la verdad

Hoy: La venta de la casa gris

El dueño de un pequeño negocio, amigo del gran poeta Olavo Bilac, cierto día lo encontró en la calle y le dijo:
”Sr. Bilac, estoy necesitando vender mi casa, que usted tan bien conoce. ¿Me podría redactar el aviso para el diario?”
Olavo Bilac tomó lápiz, papel y escribió:

“Se vende encantadora propiedad, donde cantan los pájaros al amanecer en las extensas arboledas.
Rodeado por las cristalinas aguas de un lindo riachuelo.
La casa, bañada por el sol naciente, ofrece la sombra tranquila de las tardes en el balcón.

Algunos meses después, el poeta se encontró con el comerciante y le preguntó si ya había vendido la casa.
– No pensé más en eso, – dijo el hombre. – Después que leí el aviso, me di cuenta de la maravilla que tenía.

A veces, no nos damos cuenta de las cosas buenas que tenemos y vamos tras falsos tesoros.
Debemos valorar lo que tenemos y hemos recibido gratuitamente del destino.

(Artículo «re-adecuado» para después de las elecciones catalanas)

Y se cumplió el pronóstico de mi articulo II de la trilogía:  «Y seguimos matando….»

Explicaba en dicho artículo, el patrón psicológico de muchos (¿la mayoría?) de los votantes independentistas, y la cierta falta de paz e inteligencia demostrada. (Siempre dentro del ámbito de la crítica constructiva) En este artículo, quiero añadir una palabra que está siendo “fregada y refregada” sobre todo (aunque no exclusivamente) por el llamado “mundo independentista” de Catalunya, se trata de la palabra “libertad”. Y como a cualquier marciano le sucedería, alucino del extraño uso que de ella se hace.

Libertad, es una palabra que tiene más valor que sentido. Sociólogos, psicólogos, medios de comunicación, y sobre todo, políticos y seguidores de ciertos slogans por estos emitidos, la utilizan, algunos, con extrema alegría y manifiesto desconocimiento.
La libertad es un bien supremo, y cuando a alguien se le quiere castigar por incumplimiento de alguna ley (justa o injusta) se recurre a limitar esa libertad, y su expresión máxima está, en las cárceles.

Durante el llamado “proces”, en Catalunya se han producido por parte de algunos políticos y miembros de algunas “entidades”, incumplimientos de algunas leyes, ello les ha llevado ante la justicia, y en algunos casos, a la pérdida de libertad. Este, guste o no guste, es el “juego” de la democracia. (Según se dice, el menos malo de los sistemas)

También se ha pronunciado hasta la extenuación, la palabra libertad haciendo referencia a la “libertad de país”, alegando que, Catalunya, es un “territorio” implacablemente constreñido por el “estado central”, y es a esta acepción, a la que me voy a referir en este escrito.

Para evitar que los no conformes con este escrito, descarguen todas sus iras sobre este humilde estudioso del comportamiento humano, me remitiré a alguien tan poco sospechoso, como el súper famoso y prestigioso neuro-psiquiatra Viktor Frankl, y a su famosísima y reconocida obra “El hombre en busca de sentido”. Explica Frankl: (p.126)

“La libertad no es la última palabra. La libertad solo es una parte de la historia y la mitad de la verdad. La libertad no es más que el aspecto negativo de cualquier fenómeno, cuyo aspecto positivo es la responsabilidad. De hecho, la libertad corre el peligro de degenerar en nueva arbitrariedad a no ser que se viva con responsabilidad.

Muchas personas se han lanzado a las calles, centros de trabajo o estudio, una y otra vez pidiendo libertad, pero coartando la libertad de movimiento o de realizar su actividad profesional y de todo tipo a muchas personas. En este caso, libertad sí, pero ¿dónde está la responsabilidad de los que en su nombre agreden a otras personas?

Muchas veces he manifestado, que no me pareció “correcto/justo” (no soy hombre de leyes, y no pretendo valorar lo que está bien o mal) el encarcelamiento de los políticos catalanes, pero también deberíamos reflexionar sobre si en su momento, hicieron un buen uso de su libertad incumpliendo unas leyes, que por mucho que no les gustasen (a muchos las hay que no nos gustan) o interesasen, eran/son, la leyes que marcan y regulan la convivencia de la sociedad. Hicieron uso de la libertad, pero ¿lo hicieron con responsabilidad? Honestamente pienso que no.

Convendría revisar un poco más a fondo, los mensajes de, en este caso, ciertas fuerzas/personas independentistas.

Las promesas de una “Arcadia feliz”, y los argumentos exhibidos, como ya se ha podido comprobar, no resistían el más mínimo análisis racional. Reciente han reconocido que no “estaban preparados”, que no tenían una mayoría suficiente, que se precipitaron, incluso «que iban de farol», etc. ¿Tardaron en darse cuenta ¿no? Está muy claro que, o eran unos ignorantes, o simplemente mintieron. Y se quedan tan “panchos”. ¿Dónde está la responsabilidad? ¿O acaso no mintieron cuando hicieron esa ingente cantidad de promesas abocando a muchas personas de buena fe (o simplemente ignorantes) a apostar frente a todo y todos, de que ese sería un logro fácilmente alcanzable? (18 meses)

Y para más “inri”, los mismos políticos, después de su evidente fracaso, con su enorme coste económico y social para la sociedad catalana, han vuelto a presentarse como candidatos a unas nuevas elecciones. Pero lo más preocupante es, desde un punto de vista psico-sociológico, que estas personas que han demostrado tan poca inteligencia y/o dignidad, han conseguido una ingente cantidad de votos. (Desde luego legalmente) Y al respecto, deberían tomar nota de lo que ya dijo Buda 400 años a.C:

De que nos sirve cambiar las leyes, si las personas son las mismas

Y volvemos al mismo patrón psicológico. Todos los votantes han podido votar en libertad,  pero ¿lo habrán hecho con responsabilidad?

Seguiré  analizando las actuaciones de los próximos gobernantes de Catalunya, con libertad y responsabilidad.

No se trata de ir en contra de la independencia, se trata de usar la inteligencia y la ética, y cuando se utilizan términos como “patria”, “pueblo”, “libertad”, hay que poner en marcha el sistema “radar”, y analizar bien las intencionalidades que encierran estos mensajes. No olvidemos, que son los términos que siempre han usado los dictadores para manejar las masas. (Obvio citar por conocidos, una buena lista de nombres)

Libertad sí, para las personas y los pueblos, pero dentro de unas reglas aplicadas con responsabilidad. Y a la hora de ejercer esa libertad, debemos responsabilizarnos de ese uso y asumir las consecuencias, sino, la libertad pierde su valor.

Viktor Frankl con un atisbo de buen humor, recomendó que:

La estatua de la Libertad de la costa este de EE.UU. se complemente con la estatua de la Responsabilidad en la costa oeste. (Cosas de los genios)

Y haciendo mención a otro ilustre personaje, Paul Valery: No hay felicidad sin libertad, ni libertad sin coraje” Y yo añado…ni responsabilidad.

Libertad, palabra de gran valor, pero que muchas personas no tienen claro su profundo significado, y la buscan dando manotazos al aire, mientras, dejan de disfrutar en libertad de las cosas buenas que tenemos, yendo tras intangibles y falsas Arcadias, y desconocidos tesoros.

Repito: Debemos valorar y disfrutar lo que tenemos y hemos recibido gratuitamente del destino: la vida, la salud, el amor, la familia, los amigos, la sonrisa de los hijos, la sabiduría que poseemos, la paz, y tantos otros… y no perdernos en vanos enfrentamientos socio/personales, para disimular nuestros complejos o «vacio existencial».

Valorar y disfrutar de estos tesoros en libertad y responsabilidad… ¡eso es inteligencia!

Desde la Azotea de la Libertad y Responsabilidad, de parte de un Marciano: Felices  y prósperos años venideros, con la ilusión de más lectores y lectoras, eso sí, ¡de l@s que leen despacio!

¡Y mucha más Salud y A.M.P.!